martes, 1 de febrero de 2011

Entrevista con Nira Sabelli, una de las principales especialistas en tecnologías y aprendizaje en los Estados Unidos “No sirve que en las escuelas haya clases de computación”



–¿Qué se sabe del impacto de las nuevas tecnologías en el aprendizaje?
–Le voy a contar sobre un estudio muy interesante. El Consejo de las Escuelas de las grandes ciudades está formado por los superintendentes de los sistemas escolares de Miami, Chicago, Nueva York, entre otras ciudades importantes. Ellos realizaron un estudio muy bueno: tomaron en cada ciudad dos grupos de escuelas, apareadas por datos demográficos. A todas las escuelas les dieron CD Rom con enciclopedias y la misma preparación a los maestros. El estudio se hizo cuando las computadoras todavía no eran portátiles y estaban fijas en las aulas. A la mitad de las escuelas en cada ciudad les dieron acceso a Internet, a la otra mitad, no. Paralelamente contrataron a unos diez expertos en evaluar composiciones escolares. A los chicos les dieron tres meses para escribir un ensayo sobre Martin Luther King. Las escuelas tenían en su mayoría alumnado negro. Al cabo de los tres meses, mezclaron los ensayos y se los dieron a los expertos para que los calificaran. En general, los ensayos eran parecidos, pero había un par de aspectos que los diferenciaban. Los de los chicos que habían tenido acceso a Internet mostraban el aspecto positivo y negativo en relación con la temática, y además, su propia posición. Lo que hicieron los chicos fue aprender, no memorizar qué había hecho Martin Luther King, que es lo que les daba la enciclopedia. En la web encontraron a los racistas y tuvieron que desarrollar sus propios argumentos en contra de ellos. Es una manera de pensar mucho más profunda. Lo mismo pasa en la ciencia. Lo que se sabe es que si uno le da el mismo examen a chicos que utilizaron máquinas y a aquellos que no, puede ver que aprendieron lo mismo. Pero si uno hace preguntas más profundas, entonces ve la diferencia. Si uno no mide lo apropiado, no encuentra ningún avance. Hay estudios que dicen que las computadoras no hacen nada en la educación. Pero se basan en usar la computadora diez minutos dos veces por semana. Por supuesto, eso no hace nada. El punto es usar bien las máquinas en la pedagogía. Un estudio muy interesante que apoyamos desde la National Science Foundation –el equivalente al Conicet– era un grupo que hizo una investigación en las escuelas que usaban bien las computadoras. Estudiaron qué hacían bien los maestros en esas escuelas, en un montón de estados y luego sacaron un libro con las mejores prácticas. Una me quedó muy grabada. Tenga en cuenta que correspondía a una escuela con estudiantes negros. La maestra decía: “Yo mucho de tecnología no sé pero cuando tengo un problema en la clase con la computadora pregunto por un IBM, Important Black Men, y un chico me lo resuelve”. Con esta estrategia, que juega con el nombre de la empresa, hay valorización del estudiante y del conocimiento, y a la vez el maestro tiene claro que su obligación es ayudar y enseñar y no resolver un problema técnico, que lo puede resolver el chico que tiene mucha más facilidad con la tecnología. Un problema extendido es que los periodistas no profundizan su conocimiento sobre ciertas cosas. En Estados Unidos, por ejemplo, hablan de los tests estandarizados, que todo el mundo en las escuelas y fuera de ellas sabe que no son suficientes para evaluar si los chicos aprendieron cosas que importan. Es lo mismo que pasaba con los ensayos que le comenté: lo que hay que evaluar es cómo piensa el chico. Eso es lo importante. LEER +

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