lunes, 9 de enero de 2012

Mini-Spanish-Revolution

Una sociedad que se encuentra en plena vuelta de tuerca sobre la explotación de sus ciudadanos y familias, provoca que cada vez los hijos se sientan más huérfanos. Los exciudadanos y familias, en plena ceguera, lo cual es comprensible en buena medida, se limitan, de cuando en cuando, a exigir más horas y días de clase, con días de guardería más amplios que dejen todo en un "buenas noches mi amor".

Lejos queda ya hablar de la conciliación laboral/familiar. La primera vuelta de tuerca, que recibimos como un derecho (de hecho lo fue), permitía en un primer momento la incorporación de la mujer al mundo laboral,  pero se fue convirtiendo en una obligación el que los dos miembros de la familia trabajase (a ver que familia subsiste con un salario). 

Y ahora, en esa plena vuelta de tuerca, horarios de antojo y salarios de pura miseria se están convirtiendo en el pan de hoy de las familias y en el de mañana que dejaremos en herencia a nuestros hijos. Todo ello para rendir culto y pleitesía al dios marcado. Si, porque está marcado, es tramposo.

Corto realizado por: Diego Carballo y Daniel Carlón
2º PREMIO al Mejor Cortometraje en el III Certamen de cortometrajes de Moratalaz

PREMIO a la Actriz Revelación en el III Certamen de cortometrajes de Moratalaz

Reparto:
Lucia Durán Martín (Niña)
Zaloa Zamarreño (Madre)
Josh de Gabriel (Padre)
Atalanta Posproducciones

Valencia estudia ampliar el curso hasta el 31 de julio
Vía Pablo Rodríguez

3 comentarios:

Julita Fernández dijo...

¡Qué fantástico es este corto!
Menos mal que la realidad no resulta tan cruda, aunque soy consciente de que puede haber casos similares.
Gracias por compartirlo.
Un abrazzo

Blogmaníacos dijo...

Este corto pone el dedo en la llaga. Muy duro de ver y de obligada visión para cualquier padre/madre.
Puede que no lleguemos a estos límites, pero sin darnos cuenta, a veces los rozamos.
Da qué pensar, desde luego...
Lo difundo y reenvío, vale la pena.

Jesús Hernández dijo...

Me alegra que les haya gustado, Julita y Conchita. En muchas ocsiones, por desgracia, la ficción supera la realidad.
Un saludo